Si bien París tiene una innumerable cantidad de atractivos, uno de los que más destaca, por su historia, cultura pop y arquitectura es, sin duda, la Torre Eiffel, uno de los más grandes hitos de la Ciudad de las Luces.
Construida en 1888 por Gustave Eiffel, la imponente obra arquitectónica se alza desde hace más de un siglo a 324 metros sobre el suelo, brindando impactantes vistas mientras se asciende por sus escaleras y se atraviesa sus pisos.
Lo anterior, además de reglar espectaculares paisajes de la ciudad y sus alrededores, es un recorrido por su historia, ya que cada sector ofrece la posibilidad de adentrarse en su origen y su historia, desde la evolución en los métodos de construcción hasta cada una de las renovaciones que se realizaron a la monstruosa estructura.
París tiene una larga lista de atractivos pero, sin duda, la Torre Eiffel destaca por su historia, arquitectura y simbolismo. Visitarla es un lujo para todos los sentidos.
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También es posible visitarla (o simplemente deleitarse observándola) de noche, apreciando su asombrosa iluminación y un ambiente más tranquilo digno de admirar y celebrar.
Esto último justamente es lo que se puede hacer en el bar de la torre que, ubicado dentro, ofrece opciones de bebidas y almuerzo o cena acompañado de una experiencia única e inolvidable.
Sin embargo, una propuesta interesantísima también consiste en aprovechar los grandes jardines parisinos para disfrutar la vista. Un picnic al pie de la torre es una experiencia inigualable.