En Granada, España, se encuentra Alhambra, un monumental complejo compuesto por palacios, jardines y una majestuosa fortaleza. Fue construida por los Reyes Nazaríes durante el último periodo de la dominación musulmana en España, y su principal característica es la de estar completamente amurallada.
La belleza arquitectónica, natural y la importancia histórica hizo que esta ciudad fuese declarada Patrimonio de la Humanidad en 1984.
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En sus orígenes, la Alhambra ocupaba una extensión total de 104.000 metros cuadrados entre edificios y barrios circundantes, mucho más que los Palacios Nazaríes y el Palacio de Carlos V.
En su entonces, todo el lugar estaba dividido en tres sectores claramente diferenciados: el Partal, en donde se ubicaban los palacios y la Casa Real, donde vivía la nobleza, los reyes y príncipes; la Alcazaba, donde los militares y los encargados de custodiar el perímetro vivían; y la Medina, donde vivía el resto del “pueblo”. Allí convivían comerciantes, artesanos y demás habitantes que resultaban imprescindibles para el funcionamiento de la ciudad.
En la actualidad, todo el sitio se destaca por sus imponentes estructuras defensivas y pasadizos, llamando particularmente la atención la zona de la Casa Real, rodeada de huertas y jardines.
Su belleza no solo reside en la espectacular arquitectura y la capacidad para transmitir esa sensación de “castillos y reyes” tan anhelada por fanáticos de series medievales, sino también por su ubicación geográfica, por lo que también ofrece maravillosas vistas de Granada, Sierra Nevada y Albaycín.
La Alhambra fue abandonada en el siglo XVIII. Durante la dominación francesa parte de la fortaleza fue explotada y destruida, por lo que recién en el siglo XIX se comenzó su reparación y conservación.