Ubicada a 36 kilómetros de la ciudad de Córdoba capital, en el Valle de Paravachasca, Alta Gracia agasaja a propios y ajenos con un un marcado perfil cultural y natural.

Quienes visitan esta cariñosa ciudad ciudad la describen como una tierra de festivales y un refugio de historias en donde se rinde homenaje a la cultura en cada uno de sus espacios verdes.

Es uno de los destinos turísticos más próximos a la capital provincial, presentándose como un gran atractivo y en donde, en pleno centro histórico, se pueden conocer las cinco Estancias Jesuíticas declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

La iglesia céntrica, además de su elegancia arquitectónica, comprende una residencia en donde funciona el Museo Nacional Estancia Jesuítica de Alta Gracia y la Casa del Virrey Liniers. Aledaño, se encuentra el lago El Tajamar y el célebre Reloj Público, conformando una postal muy transitada por quienes visitan la ciudad.

Otro paseo de gran valor histórico y cultural es el emblemático Museo Casa del Che, ¡infaltable!

Pero más allá de sus ricos rincones culturales e históricos, Alta Gracia destaca por su entorno natural. Por ejemplo, se puede practicar senderismo por la costanera del arroyo Chicamtoltina, realizar cabalgatas por estancias cercanas o disfrutar de deportes al aire libre rodeado de una exuberante vegetación.

Otra cosa a tener muy en cuenta es su gastronomía de primer nivel y su variedad. Asmismo, las ofertas de entretenimiento satisfacen los gustos y preferencias de amigos, parejas y grupos familiares sin discriminación de edad.

Pero más allá de sus ricos rincones culturales e históricos, Alta Gracia destaca por su entorno natural.