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A mil kilómetros de Ecuador, en el océano Pacífico, se encuentra el archipiélago de Galápagos, factor que junto a las tres grandes corrientes oceánicas de la región (Panamá, Humboldt y Cromwell) hacen que naturalmente cualquier cosa que flote tienda a alejarse de las costas. Por esto, el conjunto de islas estuvo durante millones de años evolucionando de forma aislada del resto del mundo.
 
Gracias a las condiciones climáticas, que generan sequía y un terreno árido, el escenario no es particularmente apto para los mamíferos, por lo que geológica y biológicamente las islas se convirtieron en un “paraíso” para los reptiles, que crecieron y evolucionaron sin depredadores.
 
El archipiélago adquiere su nombre de la especie de tortugas gigantes que, exceptuando a los árboles, son el ser viviente más longevo del planeta con hasta 150 años de vida. Entre otras especies endémicas destacan las iguanas marinas, que llaman la atención por su constante conducta de escupir sal mientras yacen inmóviles sobre las rocas, brindando un espectáculo memorable y divertido.
 
Una característica de la fauna es que no se siente atemorizada por los recién llegados, por lo que es posible tomar magníficas fotografías y observar de muy cerca a leones marinos, iguanas o albatros (ave), solo por nombrar algunos.
 
 


Galápagos puede ser descrito como un verdadero Edén, un archipiélago conformado por 13 grandes islas volcánicas, otras 6 más pequeñas y 107 islotes de pura roca.
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Declaradas Parque Nacional y Patrimonio de la Humanidad, las islas se encuentra abiertas al turismo bajo un estricto sistema de protección natural, con el objetivo de mantener a salvo a la enorme cantidad de biodiversidad y no generar un impacto negativo en el ecosistema de la región.
 
Mención aparte para las islas de San Cristóbal, Isabela, Florena y Santa Cruz, que son las únicas que están actualmente habitadas y que presentan una infraestructura para recibir a humanos.
 
Claro que, ubicada en medio del Pacífico, las espectaculares vistas tampoco faltan, por lo que Galápagos no solo atrae a aquellos curiosos que deseen ver literalmente especies animales únicas en el planeta, sino también a quienes quieren maravillarse ante escenarios naturales impactantes.
 
Tampoco se puede evitar nombrar a la Estación Científica Charles Darwin, el centro de cría de galápagos gigantes que adquiere su nombre del célebre investigador homónimo, que impulsó la ciencia a nivel global desde su visita y fascinación por este majestuoso y único archipiélago en el mundo.
 
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