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Gerona, llamada en catalán Girona, es una ciudad española capital de la provincia homónima perteneciente a la comunidad autónoma de Cataluña.

La ciudad se encuentra enmarcada por los ríos Ter, Güell, Oñar y Galligants. En el recinto amurallado de la Forca Vella, se exhiben diferentes ambientes tangibles e intangibles que dan cuenta de su increíble historia.

Además, debido a su ubicación geográfica entre Los Pirineos y la Costa Brava, permite un gran abanico de posibilidades de realizar excursiones a diferentes localidades cercanas y distintos lugares naturales que brindan la oportunidad de acercarse a la gastronomía regional que se traduce en productos de mar y montaña.

Enclavada en el Valle del Ter, el río Onyar divide el antiguo casco histórico de la moderna ciudad cosmopolita.

En la parte antigua, la urbe aún guarda y exhibe huellas que datan de la época de los romanos, allá por el siglo I a.C. y donde puede conocerse la primitiva muralla, su Paseo y los Jardines que la rodean y que hoy son un atractivo para quienes la visitan.



También llamada “La Ciudad de los Cuatro Ríos”, muestra un exquisito casco histórico donde destacan las construcciones medievales y se observa en cada rincón vestigios de la cultura romana, hebrea y árabe.
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En la Forca Vella, se alza sobre las estructuras que la rodean la Catedral, una mole de origen románico que deja traslucir un aspecto de fortaleza estratégicamente ubicado y de estilo gótico.

En su interior guarda joyas textiles de la era románica catalana, tal como el Tapiz de la Creación. En la entrada, al lado de la escalera principal, se encuentra Pia Almoina, una antigua institución benéfica de estilo gótico.

Girona también cuenta con distintos edificios de arquitectura religiosa distribuidos por la ciudad, como el monasterio benedictino de Sant Pere de Galligants que, al día de hoy, funciona como un inmenso monumento histórico y artístico; o la iglesia de Sant Nicolau.

Como sea, al caminar por sus calles se respira una especial sensación medieval que se manifiesta fácilmente en las paredes, escaleras y pasillos que recorren todas las cuadras de la ciudad que respira en arquitectura y comercios a la Edad Media.

A lo anterior, se le suma también los rasgos artísticos de la confluencia de las culturas árabes y hebreas que convivieron con los cristianos siglos atrás, lo que moldeó tanto el aspecto de la ciudad con lo que hoy son joyas de arquitectura.

Pero no es todo, ya que la gastronomía también irrumpe en primera plana por el ofrecimiento de exquisitos sabores capaces de conquistar los paladares de los turistas, una experiencia que completa el combo de atractivos con historia, arte y naturaleza.

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