Seúl, oficialmente Ciudad Especial de Seúl, es la capital de Corea del Sur desde 1948, siendo además la capital histórica del país desde hace más de 600 años.
La ciudad propone literalmente de todo: galerías de arte, cines, shoppings, restaurantes, bares y extensos mercados; en cada espacio, en cada instalación, se ve reflejada la cultura coreana tradicional a través de sus palacios y teatros.
Históricamente Corea ha estado atravesada por numerosos conflictos, por lo que es posible ver algunas “cicatrices” en la ciudad. Los Cinco Grandes Palacios, por ejemplo, son testimonio de ellos, ya que los mismos fueron destruidos o dañados drásticamente.
La sociedad en sí es muy amigable y optimista. No es de extrañar, además, que la población sorprenda al comunicarse fácilmente en varios idiomas con fluidez, estando dispuestos además a ayudar a los visitantes con gran calidez.
La metrópolis surcoreana es una de las ciudades más modernas del mundo, siendo epicentro de tecnología y poseyendo algunos de los mercados y distritos más activos y concurridos del continente asiático.
Galería
La gran ciudad también es una gran oportunidad para ir de compras, pudiendo elegir entre tiendas de diseño de Myeongdong, artesanías artesanales en Insadong o los mercados tradicionales de Dongdaemun. Además, la vida nocturna se puede conocer toda de un tirón gracias a la existencia de Hongdae Young Street, una calle que combina bares, clubes, cine y música en vivo.
El teatro Chongdong es una excelente oportunidad para adentrarse en la cultura a través de espectáculos musicales, de danza y vestuarios tradicionales. La cocina local, por otra parte, promete saciar hasta al paladar más exigente gracias a clásicos platos como el kalgusku (tallarines hechos con cuchillo o donkas(chuletas de cerdo fritas); no obstante, el plato típico de Corea del Sur es el kimchi, compuesto por col, rábano o pepino y fermentado y sazonado con especias.
Las áreas de Cheonggyecheon proporcionan un ambiente tranquilo y relajado por su gran cantidad de espacios verdes y un arroyo recuperado. Allí, se puede contemplar la vida silvestre y las artesanías locales, siendo un excelente ejemplo de innovación, disposición, educación y entretenimiento.
La ciudad invita a los turistas a vivir veranos calurosos e inviernos fríos.