La ciudad es famosa por sus templos, convirtiéndose en una visita imprescindible en Myanmar – la antigua Birmania – y ofreciendo experiencias auténticas y sumamente gratificantes que prometen crear recuerdos inolvidables.
Bagan supo ser la antigua capital de varios reinos en Birmania, sobre todo se recuerda al Reino de Pagan, el primer Estado birmano de la historia.
La ciudad se localiza en la árida meseta del país, en las riberas del río Ayeyarwady. Su legado cultural, histórico y el encanto de sus vistas hicieron que en 2019 la UNESCO la declarara Patrimonio de la Humanidad.
La urbe tiene tan solo 22.000 habitantes, pero incontables sitios de interés que lo hacen uno de los destinos más elegidos por los turistas, que acuden a esta región en búsqueda de apreciar sus impresionantes templos y ruinas en medio de la naturaleza.
Si bien su riqueza arqueológica es “menor” a la de vecinos como Angkor Watt, en Camboya, Bagan tiene varios secretos que la sitúan como una de las ciudades de mayor valor. Sin ir más lejos, hasta el siglo XIII contaba con unos 10.000 templos, mientras que en la actualidad conserva la enorme cantidad de 3.300, y cada uno de ellos es tan distinto como único.
