Desde el kickboxing tailandés – el Muay Thai – o la paz de los monjes del templo Wat Pho, o incluso el intenso y ajetreado movimiento de sus calles, la ciudad de Bangkok, también conocida como “La Ciudad de los Ángeles” se presenta al mundo como una de las más cosmopolitas y atractivas del hemisferio oriental.
Técnicamente, Bangkok significa “aldea de la ciruela silvestre”, y es la capital de Tailandia y una de las ciudades más importantes de Asia. Históricamente fue un pequeño puesto de comercio sobre el río Chao Phraya, pero con el correr de los siglos se transformó en un innovador punto social que reúne modernidad, tradición e historia reflejada en un comportamiento muy atractivo y una majestuosa arquitectura.
El ritmo frenético y la sobrecarga sensorial es capaz de sobrecargar los sentidos de cualquier turista. Los mercados son tumultuosos, el tráfico es intenso y los vendedores ambulantes son incansables con sus ofertas de ropa y relojes a precios imbatibles. Toda esta actividad se combina a la perfección con el regocijante aroma de cientos de “carritos de comida” que abundan en cualquier punto de la ciudad.
No obstante, también existen pacíficos refugios en medio de tanto alboroto. Esta es una ciudad en la que la religión tiene profundas raíces en la vida cotidiana. A menudo, el aroma del incienso anuncia la cercanía de algún templo en el que se puede ver a gente de todas las clases sociales. Se toman un momento para hacer una ofrenda para luego seguir con sus actividades diarias como si nada hubiese ocurrido.