Antes de la construcción del puente, la única manera de cruzar la bahía de San Francisco era a través de los ferrys, por lo que, a lo largo del siglo XX, la bahía se encontraba constantemente obstruida por la gran cantidad de embarcaciones que por allí circulaban.
En el extremo norte de la península de San Francisco, en California, Estados Unidos, se encuentra la ciudad homónima. Mide 130 kilómetros cuadrados y su población no alcanza el millón de habitantes, pero es una de las ciudades más grandes, notables y famosas del país norteamericano.
Es particularmente famosa por sus casas señoriales victorianas, tranvías y subidas y bajadas que regalan vistas espectaculares. Su gastronomía también marca tendencia, haciéndose notar en sus muchos restaurantes con estrellas Michelín hasta llamativos puestos de comida rápida.
Orquesta sinfónica, ballet, teatro y ópera son otras propuestas que la ciudad ofrece, en conjunto, claro, con una gran lista de aventuras al aire libre que se pueden practicar y que cubren todos los gustos: desde paseos en pareja hasta en familia.
Sin embargo, uno de los mayores atractivos de la ciudad es el puente Golden Gate que, si bien no es el más grande (ya que el Bay Bridge lo supera) sí es el más popular por su historia y por haber aparecido en innumerables películas con su estructura tan característica.