En el municipio de Ipojuca, estado de Pernambuco, se encuentra Porto de Galinhas, uno de los destinos más elegidos de Brasil por turistas de todo el mundo que desean descansar en increíbles playas de arenas blancas, aguas cálidas y transparentes y alejados del bullicio urbano.
En combinación con las playas de Pontal de Maracaipe y las de Muro Alto, la costa forma una línea que se extiende por más de 10 kilómetros de pura arena blanca, cocoteros y un mar increíble.
Pero, ¿aquí hay muchas gallinas? ¿Por eso se llama así? No. Según se explica en los libros de historia, el nombre fue dado en el siglo XIV con la prohibición de la esclavitud en Brasil. En esa época, la trata de esclavos continuaba siendo algo común en la región, por lo que para evitar la fiscalización por parte de las autoridades, los barcos que llegaban del exterior atracaban en el actual puerto y tapaban a los esclavos con cajas de gallinas D’Angola, que era el alimento noble de la Corte y, por ende, prácticamente estaban exentas de revisiones.
