En el departamento de Potosí, al suroeste de Bolivia, se ubica el salar de Uyuni, un desierto de sal que totaliza más de 10 mil kilómetros cuadrados situado a 3.650 msnm que lo hace claramente visible incluso desde el espacio.
Para quien lo visite entre enero y marzo, durante la temporada de lluvias, es posible presenciar una ilusión óptica de horizonte infinito gracias a la acumulación de agua sobre la superficie, creando un auténtico espejo del cielo que se presta a realizar increíbles fotografías y vivir una experiencia literalmente única en el mundo.
Geológicamente, el origen del salar se remonta a 40 mil años, cuando la actual superficie se encontraba cubierta por el lago Minchín, de 36 mil kilómetros cuadrados. Hace 12 mil años, el derretimiento de un glaciar formó el lago Tauka. Posteriormente, durante los miles de años posteriores, la falta de afluentes y el calor volcánico de la zona evaporó el agua, dejando atrás a Uyuni y a los lagos Uru Uru y Poopó como vestigios de su existencia.