A una hora y media en tren desde Londres, se puede visitar uno de los lugares más misteriosos y majestuosos de todo el mundo. Un sitio que originó innumerables leyendas y que atrae año a año a estudiosos y curiosos de todas partes del globo.
En el condado de Wiltshire, cerca de la ciudad de Amesbury, se ubica el mítico sitio arqueológico de Stonehenge, que tiene unos 5 mil años de antigüedad y fue sitio de ceremonias, peregrinajes y entierros, hasta convertirse finalmente en la época moderna en un atractivo turístico a nivel mundial.
Las piedras - que se encuentran en cualquier fotografía - pesan unas 35 toneladas, se encuentran ordenadas de manera circular y se les ha dado nombres: Piedra de Talón, de Estación, de Sarsen, Azules y del Sacrificio (aunque no haya pruebas de que se hayan realizado sacrificios en el lugar).
Según los expertos, las piedras fueron talladas y trasladadas mediante un complejo sistema de arrastre lateral durante la Nueva Edad de Piedra, es decir, 3.000 años a.C., aproximadamente.
Las piedras, denominadas “azules”, comprenden parte de la cultura de un pueblo prehistórico que construyó el templo en alineación con los movimiento del Sol, por lo que la zona cobra relevancia durante los cambios de estación.
Específicamente, durante la noche del 21 de junio, cuando el año en el hemisferio norte sale del invierno para entrar en el verano, los rayos del sol atraviesan el círculo de piedras por encima de la heel stone - una conocida piedra - y se puede observar cómo los rayos quedan alineados con el horizonte.