Contrario a lo que se cree, la riqueza de esta espectacular ciudad no proviene del petróleo, sino de sus inmuebles y transacciones financieras, lo que la convierte en un núcleo económico de Oriente Medio.
En la costa sureste del Golfo Pérsico se encuentra Dubái, capital de uno de los siete emiratos que conforman los Emiratos Árabes Unidos. Se encuentra en pleno desierto de Arabia y limita con Abu Dhabi, Sharjah, Sultanato de Omán, Ajman y Ras al-Khaimah, características que la hacen ser un nudo también del transporte.
Sin embargo, lo que llama la atención de esta maravillosa ciudad es todo aquello que ya se conoce a través del cine, es decir, espectaculares y altísimos edificios, lujos y tormentas de arena. Básicamente, todo aquello que parece poder construirse u obtenerse en sueños, se puede disfrutar en Dubái.
Hace cuatro décadas, la ubicación actual no era más que una comunidad de pescadores. No había ni un edificio para destacar y las enormes montañas de arena alejaban el interés general de la población.