Jericoacoara, conocida como Jeri, es uno de los destinos turísticos más impresionantes de Brasil. Ubicada en el estado de Ceará, dentro del Parque Nacional de Jericoacoara, esta joya natural ofrece playas paradisíacas, imponentes dunas y un ambiente relajado que la convierte en un lugar ideal para el ecoturismo y la aventura.
Uno de los espectáculos más famosos de Jericoacoara es la puesta de sol desde la Duna do Pôr do Sol. Esta colina de arena ofrece una vista privilegiada del atardecer sobre el mar, un fenómeno poco común en la costa brasileña.
Otro ícono de Jericoacoara es la Pedra Furada, una formación rocosa con un gran arco natural esculpido por el viento y el mar. Se puede llegar caminando por la playa en marea baja o a través de senderos panorámicos.
Para quienes buscan aguas cristalinas y tranquilidad, la Lagoa do Paraíso y la Lagoa Azul son paradas obligatorias. Sus aguas turquesas, arena blanca y hamacas dentro del agua crean el ambiente perfecto para relajarse.
Jericoacoara es ideal para los amantes del deporte y la aventura. Gracias a sus vientos constantes, es uno de los mejores lugares de Brasil para practicar kitesurf y windsurf. También se pueden realizar paseos en buggy por las dunas, recorridos en 4x4 hasta Tatajuba o paseos a caballo por la playa.
El centro de Jericoacoara ofrece una vibrante vida nocturna con bares, restaurantes y música en vivo. La gastronomía local destaca por los mariscos frescos y platos típicos como la tapioca.
Con su combinación de paisajes espectaculares, deportes acuáticos y ambiente relajado, Jericoacoara es un destino perfecto para quienes buscan desconectarse y disfrutar de uno de los lugares más hermosos de Brasil.