Lazio y Georgette son los nombre de, tal vez, las dos playas más bonitas del mundo. La primera sembrada de arena de granito rosa y, la segunda, formada por arrecifes de coral. Allí, cerca de Madagascar y en el océano Índico, se encuentra también Source d’Argent, una playa en la isla de La Digue que se lleva el título de la más fotografiada del planeta, según constata el libro Guinness Records.
Aquí también deambulan algunas de las tortugas más grandes del mundo, solo por detrás de las islas Galápagos.
Hasta guarda la semilla más inmensa: la coco de mar, que puede llegar a pesar hasta 30 kilos y posee propiedades afrodisíacas. Se encuentra en la Reserva Natural del Valle de Mai, declarado Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO por la gran biodiversidad que allí se encuentra.
Seychelles es un paraíso en miniatura. Su clima acompaña de manera anual a todos sus visitantes con temperaturas que oscilan entre los 24 y 32 °C en promedio. Su capital, una de las más pequeñas, se llama Victoria y se sitúa en la isla principal de Mahé.
Allí puede visitarse el pintoresco mercado central y probar exquisitos mangos, papayas y enormes calabazas; encontrar bolsos de bambú hechos a mano, especias, pescado y una innumerable cantidad de artesanías producto de la mano local. Su gastronomía se caracteriza por presentar salsa de chile, curry y jengibre en distintas combinaciones.
En la capital también se puede conocer la historia y algunas particularidades que llaman la atención. Por ejemplo, su templo hindú (Seychelles, junto a China, posee una de las comunidades más grande), la réplica del Big Ben londinense e increíbles casonas coloniales que recuerdan el último período de dominio británico y francés.